sábado, 2 de mayo de 2015

CUANDO LAS ALMAS SE CONSUMAN


Y ahí estaban ellos dos, frente a frente abandonados a su suerte. No se podía decir si ese era precisamente un encuentro apropiado, tampoco sabían si estaban preparados para ese momento, no entendían cual era la intención de los dioses que provocaron ese acercamiento inesperado, las paginas ocultas del destino los había enfrentado cara a cara y para los dos era imposible desviar la mirada. Estaban estupefactos y totalmente inmóviles, sus cuerpos habían perdido la conexión con la mente, sus voluntades oscilaban entre la razón y el deseo; sus cuerpos obedecían a la razón mientras que su mente y alma respondían al capricho del amor.

Se encontraban ante un shock emocional tan grande y tan fuerte que posiblemente se podría crear un big bang en medio de los dos. El amor y el dolor los tenían  ahí, quietos e inmóviles sin capacidad alguna, sin inteligencia sensitiva y sin algún tipo de razonamiento.

Sus miradas se encontraban profundamente conectadas, parpadear era completamente innecesario ya que  la fuerza en ellas era tan grande que producía un magnetismo visual capaz de anular cualquier gravedad en medio de los dos.
Sus respiraciones entrecortadas emitían ritmos armoniosos como si cantaran el himno del amor y el dolor en medio de su agitación, aquel mismo himno que sólo los dioses cantan en la gloria y en la divinidad.
Sus labios habían quedado totalmente sellados, habían olvidado la capacidad de habla, habían olvidado cualquier tipo de palabra, pero conocían perfectamente el lenguaje del amor y la sublime danza de los besos.

y fue ahí en ese momento, en ese preciso lugar donde olvidaron su existencia y se condenaron a besar hasta consumirse y apagarse eternamente como las estrellas.

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