jueves, 21 de enero de 2016

FUE SIN QUERER QUERIENDO

Los recuerdos se instalan en la mente,  mientras que el sosiego de la añoranza evoca todo lo que alguna vez fué y lo que el paso del tiempo sembró en su camino. Recordar es un ejercicio vital para la humanidad ya que esta es la forma más idónea  de experimentar el mundo y es el único camino  de verlo por segunda vez con el deslumbrante impacto de la primera vez.  Pues así iba yo, inmerso en ese océano de recuerdos, volviendo a lo básico, volviendo a aquellas épocas donde todo era más sencillo y donde alguna vez todo fue mejor.  


Tengo millones de recuerdos capaces de oxigenar el alma en la adversidad, tengo millones de ilusiones que me evocarán en el presente todo lo que una vez fué, pero uno de los  recuerdos más fascinantes en toda mi vida es sin duda alguna en frente del televisor mientras veía las ocurrentes historias del chavo del ocho. Desde ese entonces puedo decir que cambió todo mi sentido del humor.

Hoy, Roberto Gómez Bolaños cumple un año de muerto, no es solo es el aniversario de la muerte de este creativo director, guionista, dramaturgo, escritor y productor, sino que también se cumple un año del apagón de uno de  mis más anhelados sueños, el cual era conocerlo. Es tan grande mi admiración y mi gratificación hacia él  que estoy seguro que lo inmortalizaré y lo tatuaré en mi mente durante el resto de mi vida ya que es a él a quien le debo una infancia feliz. Gracias a Chespirito pude entender que siempre hay motivos para reír, que el antídoto a los problemas siempre será el humor y que se pueden callar palabras pero jamás la risa.


Uno de los episodios que guardo en mi memoria con bastante cariño y bastante gracia fue aquel momento de la sesión de espiritismo cuando la bruja del 71 se ofrece para realizar una sesión de espiritismo para intentar contactar a los espíritus chocarreros. Al final, don Ramón y doña Florinda terminan muertos del susto por culpa del chavo que estuvo durante toda la sesión escondido bajo la mesa. Otro momento épico fue cuando el chavo, Quico y la Chilindrina entran a la casa de la bruja del 71. Cuando esta pregunta “Quien anda ahí?” y luego de que imitaran el maullido de satanás, la mascota de la bruja, el chavo responde “Otro gato!”.

De Chespirito no solo aprendí a reír hasta  descocer el alma, también fué mi mentor filosófico, aprendí cosas de la vida como: “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”, “fue sin querer queriendo”, “lo último que se pierde es la barriga señor esperanza”, “primero muerto antes que perder la vida”, “si tengo padres, nomás no me los han presentado”, “tómalo por el lado amable”, entre muchas otras maravillosas frases. Y si se piensa bien cada una de estas tiene un contenido filosófico bastante  profundo.



Sin querer queriendo cautivó a todo un continente, rompió las barreras culturales y se convirtió en uno de los comediantes más aclamados del universo, fue sin querer queriendo que contagió de risa a toda una comunidad latina que necesitaba de él, una mayoría que cansada de las penurias se sentó a reír a carcajadas dejando por un momento los problemas. Sin querer queriendo fue el responsable de que muchas generaciones rieran al unísono, sin querer queriendo fue responsable de mi infancia feliz….Muchas gracias  al gran maestro Chespirito.

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