lunes, 26 de enero de 2015

DETRÁS DE LA CORONA


Hoy Colombia es eje central de toda la prensa global. Paulina Vega, representante de la belleza de la mujer  colombiana, es hoy lunes 26 de enero del 2015 reina universal. Me llena de bastante regocijo este histórico acontecimiento de mi país y no por el hecho de que esta hermosa mujer haya alcanzado ese logro tan incierto de ser la mujer más hermosa del mundo y del universo (digo incierto considerando que la belleza  a mi parecer es subjetiva), sino porque ahora Colombia se encuentra en el foco de todos los medios de comunicación demostrando así una buena imagen mundialmente. Admito que no soy muy amigo de los concursos de belleza, pero reconozco que tener en nuestro país una beldad reconocida internacionalmente tiene bastantes beneficios; implica que nuestro país tenga una embajadora en la UNICEF que luche por los conflictos del mundo y de nuestro país, implica que millones de colombianos enciendan la flameante llama de la fe para poder iluminar ese camino un poco estrecho de la paz, implica  que Colombia venda una imagen positiva en el exterior, implica que por lo menos por  un momento la prensa nacional e internacional dé espacio a otros temas que no estén relacionados con corrupción o violencia, en fin, las implicaciones positivas son innumerables. Por estas razones y muchas más dejo a un lado mis prejuicios sobre los concursos de belleza (miss tanguita y el reinado de la arracacha por favor que me los empaquen). Sin embargo, ayer celebrando esta histórica y gloriosa victoria de mi país me decidí a navegar en ese universo paralelo de las redes sociales para divertirme leyendo esos joviales memes de miss universo publicados por mis coterráneos y amigos. La diversión fue bastante amena hasta el momento que ví una publicación de un prestigioso canal estadounidense donde promulgaban la victoria de Paulina Vega, el problema no era   como tal la publicación, el problema eran los centenares  comentarios ofensivos hacia esta mujer y hacia mi país por parte de muchos  extranjeros, naturalmente siendo orgullosamente oriundo de mi país me sentí ofendido y comenté tales agresiones con el fin de defender a mi nación y a esta honorable hermosa mujer.


El verdadero problema no fueron los horrorosos insultos hacia mi país, lo verdaderamente lamentable es esa falta de tolerancia y ese bullying cibernético que notablemente se está volviendo viral en las redes sociales. Evidentemente día a día la sociedad cibernética crece de forma desbordante e incontrolable, es por esto que considero que se deben promover políticas educativas y culturales sobre el uso correcto  de las redes sociales. Hoy por hoy, hemos testificado que herramientas como Facebook, instagram, twitter, etc. Favorecen plenamente  en la participación, la interacción,  y la comunicación entre personas, pero cabe resaltar que también ha acarreado grandes problemáticas en cuanto a: invasión a la  privacidad, acoso sexual a menores de edad y matoneo cibernético. En esta ocasión me centré en este último, eso sin quitarle importancia a los otros inconvenientes que tienen las redes sociales en la actualidad.



Me parece bastante  cobarde la manera como muchas personas expresaron su inconformismo insultando a la actual miss universo y  a mi país, no lo digo por el hecho de que no estuvieran de acuerdo a que coronaran a la colombiana, sino lo digo es por las palabras de bajo calibre con las que manifestaron no estar de acuerdo con la coronación diciendo que paulina tenia “manos de  macho” y que no merecía la corona por ser “una mujer bruta” (eso sin mencionar otras palabras horrorosas). Más que defender a la  señorita Colombia defiendo a todas la mujeres que han sido víctimas de estos ataques psicológicos y verbales tan atroces, recodemos que la belleza del ser humano es subjetiva y que la finalidad de estos concursos es el de estandarizar un prototipo de belleza para poder mercadear a la mujer, pero realmente hablar de esto no es precisamente mi objetivo en este escrito. Lo que quiero llegar a hacer es concientizar a las personas de tomar políticas de respeto y tolerancia en estos medios masivos de la redes sociales y es que es muy fácil disparar ofensas y esconderse detrás de un trino en twitter  o una publicación en Facebook. No permitamos que estas maravillosas herramientas sean un mundo más de discordia y de guerras, creo que es bastante suficiente el mundo real como para que compliquemos el universo virtual de la misma forma. Pensemos siempre en lo que podría acarrear una palabra ofensiva, calculemos el daño moral y psicológico que se podría causar cuando atacamos y señalamos de manera abrupta, apliquemos siempre esa maravillosa virtud de la empatía para ponernos en los zapatos de los demás y poder así tener otra visión del mundo y dejar de apuntar siempre con las manos sucias.
ELABORADO POR JOAN SEBASTIAN ANDRIOLI

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